viernes, 19 de junio de 2015

Eva Gabrielsson / Stieg Larsson por dentro


Stieg Larsson

Eva Gabrielsson

Larsson por dentro

BIOGRAFÍA

Eva Gabrielsson nos habla de su vida junto al escritor

La que fue compañera del escritor y periodista sueco durante 32 años desvela en “Millennium, Stieg y yo” (Destino) los pormenores de su vida en pareja, el nacimiento de la célebre saga criminal y las disputas por el control de sus derechos. 

Por PABLO SUÁREZ
Algunas veces ocurre que la muerte de una persona pase a ser el comienzo de una historia de lucha por una causa justa y la conservación y el respeto a un legado. Con toda seguridad, Stieg Larsson no se habría imaginado que la publicación de la saga Millennium y su prematuro fallecimiento iban a generar tanta controversia y tantos problemas a su compañera, Eva Gabrielsson, cuando una de las motivaciones para el autor era precisamente la contraria: conseguir, al fin, la estabilidad económica para llevar una vida tranquila y apacible con Eva el resto de sus días.
Para, en cierto modo, clamar justicia y memoria, Gabrielsson ha publicado –con la colaboración de Marie-Françoise Colombani– la autobiografía Millennium, Stieg y yo, en la que analiza, con todo lujo de detalles, los 32 años que pasó junto al escritor, el proceso creativo de Millennium y las consecuencias que acarreó su muerte. Además, aporta algunas ideas generales que forman parte de la cuarta entrega de la saga, de la que Larsson había dejado escritas en su ordenador unas doscientas páginas, y sobre la que Gabrielsson está dispuesta a continuar escribiendo, ya que, según cuenta, “la base de datos de sus libros era nuestra vida y nuestra convivencia. Millennium es fruto de la experiencia de Stieg, pero también de la mía; de nuestros combates, compromisos, viajes, pasiones, temores…”.
Larsson militante
En el libro se presenta a Larsson como “un hombre tierno, entusiasta, divertido, comprometido, generoso…”, destacando además su carácter marcadamente feminista y militante. Muchos de estos aspectos de su personalidad son fruto de las experiencias extremas en las que se vio envuelto el escritor durante su vida. Stieg y Eva se conocieron a la edad de 18 años al participar en varias asambleas en contra de la guerra de Vietnam organizadas por los partidos de corte marxista en los que ambos militaban. Éste sería el comienzo de una vida dedicada a la lucha por la justicia social desde el periodismo, hecho que se ve reflejado en los libros de Millennium a través del periodista Mikael Blomkvist. Este activismo político de izquierdas les granjeó amenazas de muerte de grupos de extrema derecha, por las cuales ambos se vieron obligados a llevar una vida publica y social discreta, a vivir separados durante épocas, dotar su vivienda de potentes sistemas de seguridad e incluso a no contraer matrimonio para no constar como pareja en ningún registro público y así mantener el anonimato de Gabrielsson. Este hecho marcaría todo el proceso que tuvo lugar tras la muerte del escritor.
Otra experiencia clave en la vida de la pareja tuvo lugar cuando, en 1977, Larsson decidió viajar a Etiopía, que se encontraba en guerra, para llevar a cabo una misión política bajo el control de la IV Internacional. Antes de viajar decidió escribir una profunda carta de despedida a su compañera, ya que, ante la peligrosidad de su misión, la idea de una muerte violenta le rondaba seriamente por la cabeza. Pero si hay alguna vivencia trascendental en la vida de Larsson es sin duda el haber presenciado la violación a una chica perpetrada por conocidos suyos, de los cuales renegó, y que pudo ser el punto de inflexión que le llevó a comprometerse con el movimiento feminista.
La gestación de un éxito
El proceso de publicación del primer volumen de Millennium fue trabajoso. Después de un largo proceso de escritura y tras varios e infructuosos intentos para que alguna editorial se decidiera siquiera a leer el libro, al fin en la primavera de 2004 el sello Norstedts se aventuró a publicar la saga tal y como la concibió Larsson, habiéndole ofrecido, además, una cantidad de dinero nada desdeñable por los tres primeros volúmenes. En este punto, la editorial recomienda al escritor –que según su compañera “no tenía los pies en la tierra”– crear una sociedad para gestionar los beneficios que les reportara la publicación, las conferencias que ambos solían impartir y los informes y artículos que publicaban en diferentes medios, de la que ella sería administradora. La elección se basaba en la posibilidad que ofrecería la sociedad para que Gabrielsson constara como copropietaria y gestora de los derechos intelectuales de la obra de su pareja; además, en los estatutos de la sociedad constaría que, en caso de fallecimiento de uno de los dos, todo iría a manos del otro. Pero la creación de dicha sociedad se fue aplazando una y otra vez hasta el fallecimiento del escritor.
Después de cerrar el contrato, Larsson experimentó un cambio radical en su carácter. Al fin estaba sereno y en calma. Empezó a cuidarse y a atender a su pareja como nunca en 32 años. Pensaban que Millennium seria un éxito en los países nórdicos y creían que la notoriedad les protegería ante el hecho de mostrarse juntos en público. El dinero ganado fue empleado en tapar ciertos agujeros familiares y en financiar Expo –diario de corte antifascista fundado por la pareja años atrás– con el propósito de garantizar su independencia informativa y asegurar su continuidad.
La lucha continúa
El 9 de noviembre de 20004, fecha por cierto de la Noche de los Cristales Rotos, Stieg Larsson sufre un ataque al corazón tras llegar a la redacción de Expo. A partir de ahí empieza un calvario para su compañera. Gabrielsson se ve obligada a lidiar con la pesadumbre de perder al hombre de su vida, mantener Expo con vida y, sobre todo, lidiar con la familia Larsson. Al fallecer el escritor, consigue conservar algunas de sus pertenencias, como el ordenador portátil –donde más tarde descubrirá las primeras páginas del cuarto volumen de la saga–, pero los derechos intelectuales de su obra, al no haber contraído matrimonio y no haber creado una fundación gestora para los mismos, pasan en herencia al padre y hermano del escritor.
Después de casi siete años de disputas legales, Gabrielsson afirma que ha “vuelto a aprender a vivir”, aunque aún le quedan batallas que librar para, como espera, poder cambiar la legislación sobre parejas de hecho en Suecia y que se vean reflejados los derechos de ambos miembros ante situaciones similares a la suya. Tal y como le promete en el libro al amor de su vida: “Por mí, por nosotros y porque en esto somos muy parecidos, voy a continuar”.




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