martes, 8 de marzo de 2016

Oscar Wilde / El arte de conversar


Oscar Wilde
EL ARTE DE CONVERSAR

Por Zoé Valdés
16 de octubre de 2008

Quiero presentarles un libro que he disfrutado mucho. Oscar Wilde es, desde luego, uno de los escritores a los que siempre regreso. A su obra más conocida, a sus anécdotas, a su De Profundis, del que tanto debemos aprender. De su exilio parisino conozco varias anécdotas, todas maravillosas, recuerden aquella en la que un melancólico Oscar Wilde se va a orillas del Sena o de la Sena (es ría y no río), con ánimos de acabar con su vida, y descubre a un hombre ensimismado, mirando atentamente al agua. La curiosidad del escritor pudo más, se acercó al hombre, y le preguntó con voz queda:
-Buenas tardes, ¿qué, piensa en suicidarse? -Pensando que al igual que él el hombre tramaba su suicidio.
El otro le respondió.
-¿Suicidarme? ¡No, hombre, qué va! Soy peluquero, aprendo de los rizos que el aire le hace al agua.
Wilde tuvo fama de gran conversador, en una época en que lo más preciado en París eran sus salones literarios; y aunque la conversación es un arte efímero, íntimo, en París la convirtieron en representación casi teatral. Wilde “decía” y la gente quedaba hechizada, con sus epigramas, brillantes, y que encontraremos también en su obra. Wilde contaba entre lo cierto y lo irreal, lo verdadero y lo falso, podemos o no creerle, del mismo modo nos amplian la visión de la vida. Con sus reflexiones las circunstancias pasan a ser más posibles, menos constreñidas.
Wilde fue también un gran humorista, fino, y que obligaba a pensar, a no quedarnos en lo anecdótico. Sus críticas sobre políticos y celebridades despertaban un gran interés literario, jamás quedaron en la banalidad. En literatura hay que saber ser banal, con inteligencia y elegancia. En literatura, hay que ser vulgar, es necesario, pero con brillantez y refinamiento, que quiere decir, en el momento justo.
Este libro es la más completa colección de los epigramas de Oscar Wilde y reúne además cuentos orales de sus fabulosas conversaciones en los salones literarios, cuidadosamente recogidos por Roberto Frías, a partir de todo el material oral que se registró a través de amigos, biógrafos y conocidos. No dejen de buscarlo y leerlo.

FRAGMENTOS GENIALES

“Los malos artistas siempre admiran mutuamente sus trabajos. Lo llaman estar libres de prejuicios y tener una mente abierta. Pero un verdadero gran artista no puede concebir que la vida se exhiba, o que la belleza se muestre, bajo otras condiciones que no sean las que él ha elegido.”
El crítico como artista.

“Por paradójico que parezca -y las paradojas son siempre asuntos peligrosos-, no es tan cierto que la vida imita al arte como que el arte imita la vida.”
La decadencia de la mentira.

“El público acepta en el arte lo pasado porque ya no puede alterarlo, no porque pueda apreciarlo.”
El alma del hombre bajo el socialismo.

“Me agradan los hombres con futuro y las mujeres con pasado.”
El retrato de Dorian Gray.

“Todos nacen siendo reyes, y la mayoría de la gente muere en el exilio, como la mayoría de los reyes.”
Una mujer sin importancia.

“Hoy día la gente conoce el precio de todo y el valor de nada.”
El retrato de Dorian Gray.

“Nunca viajo sin mi diario. Uno siempre debe llevar algo sensacional para leer en el tren.”
La importancia de llamarse Ernesto.

“No hay algo así como un libro moral o inmoral. Los libros se escriben bien o mal. Eso es todo.”
El retrato de Dorian Gray.

“Londres está lleno de niebla y de gente seria. No sé si la niebla produce a la gente seria, o si la gente seria produce la niebla, pero todo el asunto me altera bastante los nervios.”
El abanico de Lady Windermere.

“Las mujeres se defienden atacando; a veces atacan con una extraña y súbita entrega.”
El retrato de Dorian Gray.

“El secreto de permanecer joven es una desmesurada pasión por el placer.”
El crimen de Lord Arthur Savile.

“Adoro los placeres sencillos, son el último refugio de lo complejo.”
Una mujer sin importancia.

“La única diferencia entre el santo y el pecador es que el santo tiene un pasado y el pecador un futuro.”
Una mujer sin importancia.


Oscar Wilde
El arte de conversar
Ediciones Atalanta, 2007.
237 páginas.




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