jueves, 20 de diciembre de 2012

Matsuo Bashô / Poemas


Matsuo Bashô
POEMAS
Versiones de Tsutomu Takagi y Alberto Manzano

Las sendas de Oku
No hablaron una palabra
el anfitrión, el huésped
y el blanco crisantemo.
* * *
Ah, este camino
que nadie recorre,
excepto el crepúsculo.
* * *
El camino de la muerte,
a pesar del sol de otoño,
¿quién querría emprenderlo?
* * *
La luna de la montaña
ilumina también
a los ladrones de flores.
* * *
¿Admirable,
aquel que no piensa: "la vida huye"
al ver el relámpago?
* * *
También esta cabaña de paja
en este mundo tornadizo
ha de transformarse en casa de muñecas.
* * *
¡Qué gloria!
Las hojas verdes, las hojas jóvenes,
bajo la luz del sol.
* * *
En la montaña de verano,
adoro las sandalias divinas;
viaje a la vista.
* * *
Quedó plantado
el arrozal
cuando me despedía del sauce.
* * *
De los cerezos en flor
al pino de dos troncos:
tres meses.
* * *
Pétalos de lirios
atarán mis pies:
los cordones de mis sandalias.
* * *
Bajo un mismo techo
durmieron las cortesanas,
la luna y el trébol.
* * *
Muévete, oh tumba,
muestra que me reconoces:
soy el viento de otoño.
* * *
Frescura de otoño.
Melón y berenjena
para cada huésped.
* * *
El sol brilla, brilla
sin compasión.
Pero el viento es de otoño.
* * *
Si he de morir
en el camino,
que sea entre los campos de trébol.
* * *
Desde hoy el rocío
borrará tu nombre
de mi sombrero.
* * *
Entre las olas:
acá, los pétalos,
allá, las conchas.
* * *
Al despedirme,
escribí algo en el abanico,
pero lo borré.
 
Primavera
Ved, bajo la lluvia de primavera,
la entrevista de ese abrigo
y ese paraguas.

* * *
El escenario de la primavera
¡Está casi preparado:
La luna y las flores del ciruelo.

* * *
Se oscurece el mar:
gritos de gaviotas,
apenas blancos.

* * *
Sí, la primavera ha llegado;
Esta mañana una colina sin nombre
Envuelta por la niebla.

* * *
De qué árbol florido
No lo sé,
Pero ¡ah, qué fragancia!

* * *
Durante todo el día,
Aunque no tan largo para la alondra,
Cantando, cantando.

* * *
Un viejo estanque;
Se zambulle una rana,
El sonido del agua.

* * *
El hombre que diga,
"Mis hijos son una carga",
No habrá flores para él.

* * *
¡Despierta, despierta,
Mariposa dormida,
Y seamos compañeros!

* * *
Con cada ráfaga de viento,
La mariposa cambia de lugar
En el sauce.

* * *
La camelia del árbol
Cayó,
Vertiendo su agua.

* * *
La campana del templo cesa.
La fragancia de las flores en la noche.
Aún tañe la campana.

* * *
¿No es como el nido de un ratón,
Este ser incapaz de dormir
Por las flores?

* * *
Un verde sauce
Goteando en el lodo,
En la marea baja.

* * *
Pronto se va la primavera,
lloran los pájaros y hay lágrimas
en los ojos de los peces.

* * *
En medio del llano
Canta la alondra,
Libre de todo.

 
Verano
Preso en la cascada
un instante:
ya comienza el verano.
* * *
¡Ay perlas de verano!
Eso es todo lo que queda
del sueño de los héroes.
* * *
Las lluvias de mayo
no te atacan ya,
templo de oro.
¡Qué admirable,
Quien no piensa, "La vida es fugaz,"
Cuando ve el destello de un relámpago.
* * *

Me siento como en un cuadro;
La vaca avanza lentamente
Por el páramo veraniego.
* * *

El río Mogami
Ha arrastrado al ardiente Sol
Hasta el Océano.
* * *
El principio de la poesía:
La canción de los plantadores de arroz,
En la provincia de Oshu.
* * *

Un pobre hospedaje;
El lloriqueo de un perro
Bajo la lluvia en la noche.
* * *

Una casa exquisita:
Los gorriones son felices en el mijo
Del campo trasero.
* * *
¡Ah! ¡La hierba del Verano!
Todo lo que queda
De los sueños de los guerreros.
* * *

El claro de luna penetra
En la gran arboleda de bambúes:
El hototogisu grita.
* * *

El hototogisu,
Cantar, y volar, y cantar, -
¡Qué vida tan ocupada!
* * *
¡Ah kankodori!
En mi tristeza,
Ahondas mi soledad,
* * *

Moscas de Kiso,
Aprended del viaje
De este vagabundo cargado de dolor.
* * *

Pulgas, piojos,
El caballo meando
Junto a mi almohada.
* * *
Silencio;
La voz de las cigarras
Penetra las rocas.

Nada indica
En la voz de la cigarra
Que pronto morirá.

¡Ah, qué glorioso!
Las jóvenes hojas, las verdes hojas-
Brillando al sol!



Otoño
Tal y como me parece,
El País de los Muertos es así:
Una noche de otoño.
* * *

Este otoño,
Qué viejo me hago:
¡Ah, las nubes, los pájaros!
* * *

Riguroso otoño;
Mi vecino,
¿Cómo vive?
* * *
Una noche de otoño;
Un cuervo posado
En una rama seca.
* * *

La luna pasa rápidamente,
Las ramas aún sostienen
Las gotas de lluvia.
* * *

De vez en cuando
Las nubes dan un descanso
A los contempladores de la luna.
* * *
La luna llena de otoño;
Niños sentados en fila
En la terraza del templo.
* * *

El pobre muchacho
Moliendo el arroz,
Levanta su mirada hacia la luna.
* * *
Resignado de corazón
A exponerse al tiempo,
El viento me atraviesa.
* * *
Sopla el viento del otoño,
Pero las púas del castaño
Están verdes.
* * *

El sol rojo brillante,
Implacablemente caliente,
Pero el viento es de otoño.
* * *

¡Sacúdete, oh tumba!
Mi voz llorosa
Es el viento del otoño.
* * *
Mi cabaña de paja;
En el mundo de fuera
¿Es tiempo de cosecha?
* * *

¡Ah, esta morada!
Muchas veces el picamaderos
Picoteará sus postes.
* * *

Una Rosa de Sharon
Al borde del camino;
El caballo se la ha comido.
* * *
Las flores del trebol
No dejan caer, a pesar de todo su balanceo,
Las brillantes gotas de rocío.
* * *

El crisantemo
Es delgado y débil,
Pero tiene su destinado capullo.
* * *

Nunca olvides
El gusto solitario
Del blanco rocío.
* * *
En otoño nos separamos
como las dos conchas
de la almeja.



Invierno
¡Qué cortesía!
Hasta la nieve es fragante
En Minamidani.
* * *
Una helada noche de lágrimas
El sonido del remo
Golpeando la ola.
* * *

El año toca a su fin:
Aún llevo
Mi kasa y mis sandalias de paja.
* * *

La primera lluvia del invierno,
y mi nombre debería ser,
"Viajero."
* * *
La primera nevada :
Las hojas de los narcisos
Se doblan.
* * *

La tempestad de invierno
Se escondió entre los bambúes,
Y amainó en silencio.
* * *

La desolación del invierno:
En un mundo de un color
El sonido del viento.
* * *
Enfermo en un viaje;
Mis sueños vagan
Sobre un páramo seco.
* * *

Viajando por el mundo,
De aquí a allá, de aquí a allá,
Allanando el pequeño campo.
* * *

El dios está ausente;
Sus hojas muertas están amontonadas,
Y todo está desierto.
* * *
Retiro invernal;
En la pantalla dorada,
El pino envejece.
* * *

Después de los crisantemos,
A excepción del largo nabo,
No hay nada.
* * *

Parece que tenga cien años,
El jardín de este templo,
Con sus hojas caídas.
* * *
Mi casa natal;
Llorando sobre el cordón umbilical,
El fin de año.

 

Matsuo Bashō (en japonés,松尾芭蕉) nació bajo el nombre de Matsuo Kinsaku (Ueno, 1644 - Osaka28 de noviembre de 1694) y fue el poeta más famoso del período Edo de Japón. Durante su vida, Bashō fue reconocido por sus trabajos en el Haikai no renga (俳諧の連歌).Está considerado como uno de los cuatro grandes maestros del haiku , junto a Yosa Buson, Isa Kobayashi y Masaoka Shiki; Bashō cultivó y consolidó el haiku con un estilo sencillo y con un componente espiritual. Su poesía consiguió renombre internacional, y en Japón muchos de sus poemas se reproducen en monumentos y lugares tradicionales.
Perteneciente a una familia noble, a los 19 años se alejó de su familia para conseguir recursos propios sirviendo como discípulo del jefe samurai Toudou Yoshitada. Algún tiempo después de la muerte de su maestro, fue alumno del gran poeta de la literatura china Kitamura Kinguin, quien lo guió hasta convertirlo en gran maestro de la poesía oriental.
Bashō empezó a practicar el arte de la poesía a una edad temprana, y en 1675 se trasladó a Edo (actualmente Tokio), para llegar a convertirse rápidamente en una celebridad en todo Japón. A pesar de ser maestro de poetas, en determinados momentos renunció a la vida social de los círculos literarios y prefirió recorrer todo el país a pie, viajando incluso por la parte norte de la isla, un territorio muy poco poblado, para poder encontrar fuentes de inspiración para sus escritos.
Bashō no rompe con la tradición sino que la continúa de una manera inesperada, o como él mismo comenta: "No sigo el camino de los antiguos, busco lo que ellos buscaron". Bashō aspira a expresar con nuevos medios el mismo sentimiento concentrado de la gran poesía clásica. Sus poemas están influidos por una experiencia de primera mano del mundo que le rodea y, a menudo, consigue expresar sus vivencias con una gran simplicidad. Del haiku Bashō había dicho que es "sencillamente lo que sucede en un lugar y en un momento dado". 
Falleció en 1694 víctima de una corta enfermedad. 



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